Un día de marzo, la calle invadió, un bichito verde, con pinchos y atroz.Cerró las escuelas, las tiendas, los bares, y al mundo entero mandó a sus hogares.

Llenó las noticias de melancolía, ¡no sabía el bicho el daño que hacía!

Fue malo, muy malo, con nuestros mayores, llenando hasta arriba, nuestros hospitales.

Menos mal que en el mundo hay muy buena gente, y como los héroes, son súper valientes. Enfermeras, médicos y todo su equipo lucharon con fuerza por matar al bicho.

Los niños se portaron re-que-te-genial, y en sus casas todos supieron estar; dando clases con sus ordenadores, jugando entre ellos y con los mayores. Pintaban arcoíris desde sus ventanas, para dar color a tantas desgracias.

¡Bailaban, cantaban, leían, cosían y aprendían mucho de panadería!

Una vez al día, todos al balcón, a aplaudir con fuerza a todo doctor.

Y un día de abril… pudieron salir… con mucha prudencia….uno por carril…

Con máscaras, guantes y gel de limpiar, otra vez los niños, llenaban la ciudad.

Y qué alegría para esas calles, tan tristes que estaban de no escucharles.

Y de esta historia, todos aprendieron, que estar unidos, ¡eso es lo primero!

Que hay que dar valor a las pequeñas cosas, esas que nos llenan y nos alborotan.

Y que bichos malos siempre los habrá, pero el hombre sabio, los derrotará.

Carla Gómez Lechón

Sé el primero en escribir un comentario.

Deja un comentario