Tu mamá tenía poco más de seis años por entonces. Este relato que ves lo encontré en su habitación unos años más tarde…

«Siempre recordaré la primavera del año 2020. Durante un tiempo tuvimos que quedarnos encerrados en casa, porque andaba suelto un bichito, y al contacto con él podríamos enfermar.  Eso fue lo que nos dijo una tarde la maestra.

Para mi sorpresa, estaba esperándome mi papá en el patio del colegio. Nunca antes me había recogido él. Siempre estaba muy ocupado, igual que mi mamá. Ellos tampoco podían ir al trabajo, la norma era mantenernos todos en casa hasta que pasara el peligro.

Yo no sentí miedo en ningún momento. Disfruté tanto de estar con mis padres jugando juntos, ayudando en la cocina, pintando un mural en mi habitación, haciendo vídeo chats con la familia y los amigos…

Cuando dieron la noticia de que todo volvía a la normalidad, mis padres se abrazaron llorando.

Yo creí que todo volvería a ser como antes, sin embargo… después de aquello mis padres empezaron a venir a recogerme al colegio. Ángela, mi canguro, no volvió a ocuparse de leerme el cuento de las buenas noches nunca más. ¿Adivináis por qué?… Me lo leía mi papá».

Ana Herraiz Pérez

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