Hace mucho tiempo, allá por el mes de marzo, mi vida, la de mi familia y la del Universo cambió radicalmente.

Un bichito, con nombre Covid, había nacido en un país muy lejano llamado China, para llegar a todos y cada uno de los lugares que poblaban la Tierra.

Este bichito hacía que la gente enfermara, y como le gustaba mucho pegarse a todo el mundo, la única manera de que se fuera era haciendo que todos nos quedáramos en casa.

Desde ese momento, se creó una Energía maravillosa y milagrosa, que nació de todos los hogares, y pudo debilitar a aquel bichito que se había instalado en nuestras vidas.

Esa Energía que brotó estaba formada por aplausos en los balcones, compasión por los enfermos, amor entre la familia y amigos, ayuda, y toda una serie de sentimientos mágicos y grandiosos a veces olvidados que Covid nos devolvió.

Desde aquel entonces, esa Energía está en el aire, y solo depende de nosotros mantenerla viva y evitar de esa manera, que se apague.

Rocío Rodríguez Huguet

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