En unos días se cumplen ciento treinta y siete años del nacimiento de Stefan Zweig, intelectual austríaco cuya personalidad y obra descubrí hace algunos años por recomendación de un buen amigo lector.

Como intelectual, dedicó su tiempo al cultivo de diferentes disciplinas que van desde el ensayo filosófico a la divulgación histórica, pasando por la psicología y la ficción en sus diferentes géneros: novela, poesía y teatro.

Judío de nacimiento, aunque de práctica un tanto heterodoxa (dicen que solía hacer gala de su condición de “judío por accidente”) siempre defendió la riqueza de la variada cultura europea frente al imperialismo aniquilador de cuanto no se adecúa a sus estrechos cánones.

Perseguido por su condición y mente crítica, se exilió primero en París, más tarde en Londres y finalmente en Argentina y Brasil, donde obtuvo reconocimientos a su labor, aunque insuficientes para evitar el suicidio en Petrópolis (Brasil), anímicamente derrotado por el avance del fanatismo nazi, entonces invencible, desencantado y persuadido del final dramático de la humanidad.

En 2016, la directora alemana María Schrader con la película Adiós a Europa brindó homenaje a tan insigne humanista, describiendo su lucha intelectual y relatando su periplo por América.

Su fecunda obra fue injustamente desconocida durante décadas en Europa, sufriendo la censura en España. Afortunadamente hoy se encuentra profusamente editada en todas las lenguas; en España, por Acantilado y en menor medida por otras editoriales.

Destacan sus memorables Momentos estelares de la humanidad, por la capacidad de implicar al lector en los acontecimientos glosados; las biografías de FouchéMaría Antonieta y María Estuardo, por la rica matización psicológica de cada personaje; así como Veinticuatro horas en la vida de una mujerLa piedad peligrosa o La embriaguez de la metamorfosis, por su ritmo narrativo, las pasiones descritas y la convulsa vida de su protagonista, respectivamente.

Desde aquí me gustaría invitaros a leerlo, convencido de que no os defraudará. La peli no está mal, pero en mi opinión sus libros son de mayor interés.

Rafael Navarro

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